Estamos acostumbrados a escuchar que debemos sentir y expresar gratitud por las cosas buenas que nos suceden: nuestra familia, nuestros amigos, nuestras oportunidades. Agradecemos a quienes están cerca de nosotros y con quienes compartimos momentos felices. Sin embargo, también es fundamental aprender a agradecer por aquellas situaciones y personas que no nos gustan tanto.
Agradecer lo Malo
Sé que puede parecer extraño agradecer por las cosas negativas. ¿Por qué deberíamos estar agradecidos por alguien que nos ha hecho daño o por una situación difícil? La verdad es que estas experiencias, aunque incómodas, son las que nos invitan a reflexionar, a cambiar de perspectiva y a crecer. Muchas veces, son precisamente estas situaciones las que nos empujan a encontrar el camino que necesitamos recorrer, a valorar lo que tenemos y a aprender lecciones importantes.
El Impacto de la Gratitud en Nuestro Cuerpo
Existe un proceso químico en nuestro cuerpo que se activa cuando sentimos gratitud. Al igual que cuando comemos chocolate y se elevan las hormonas del bienestar, como la oxitocina y la serotonina, sentir gratitud genera una reacción química que mejora nuestro estado de ánimo. Este equilibrio químico nos ayuda a elevar nuestra energía y nos permite afrontar la vida con una actitud más positiva. Es por eso que se recomienda practicar la gratitud a diario. No se trata solo de decir «gracias», sino de realmente sentirlo y experimentarlo.
Practicar la Gratitud Diariamente
Los expertos en desarrollo y crecimiento personal sugieren que al despertar, agradezcamos por al menos tres cosas. Este simple acto tiene un poderoso efecto en nuestra química interna y en nuestro estado de ánimo. Al igual que sonreír frente al espejo puede mejorar nuestro humor, sentir y expresar gratitud nos ayuda a mantenernos positivos y centrados.
La gratitud no es algo que debe practicarse solo una vez al año, sino todos los días. Disfrutemos de los momentos con nuestra familia y amigos, celebremos las bendiciones y también aprendamos a ver el valor en los desafíos y dificultades. Cada amanecer, cada atardecer, cada momento es una oportunidad para sentirnos agradecidos y vivir con plenitud.
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Les invito a compartir este blog con aquellos que consideren que les pueda sumar y aportar algo positivo en sus vidas. A menudo, somos rápidos para viralizar las malas noticias, pero nos cuesta un poco más hacerlo con las buenas. Cambiemos eso y hagamos que la gratitud y las buenas noticias se extiendan.
Sientan gratitud y plenitud en sus corazones. Recuerden que, aunque a veces las personas o las situaciones pueden ser difíciles, siempre hay algo por lo que agradecer. Practiquemos el bien, respetemos a los demás y mantengamos la gratitud como una constante en nuestras vidas.
Comenten y compartan sus pensamientos y sobre qué temas les gustaría que hablemos en el futuro. ¡Nos vemos en el próximo blog!
El acto de Agradecer a Dios por todas las situaciones buenas y adversas también, porque dentro de todo mal aparente SIEMPRE hay un bien oculto, tanto al amanecer como antes de irnos a dormir, se transforma en una lluvia de bendiciones